CARTA DEL II SEMINARIO INTERNACIONAL ALIMENTOS, AGUA Y
ENERGIA NO SON MERCANCIAS
Del 12 al 14 de marzo de 2017, nosotros y nosotras, provenientes de 11 países y representando 32 organizaciones sindicales, sociales, ambientales, de derechos humanos e Indígenas, nos reunimos en Newark, Estados Unidos, para el II Seminario Internacional Alimentos, Agua y Energía no son Mercancías, donde discutimos asuntos relacionados a la mercantilización de energía y de la naturaleza, la soberanía alimentaria, la actuación de las transnacionales, la lucha de las poblaciones afectadas por grandes proyectos del capital y la defensa de esos territorios.
A partir de los debates y las contribuciones de los participantes, hicimos un análisis de la realidad actual que vivimos, con el fin de apoyar el proceso de organización y lucha en las diferentes partes del mundo de dónde venimos.
Analizamos que el capitalismo vive una crisis de carácter productivo que trae consecuencias terribles para la sociedad, expandiéndose hacia una crisis civilizatoria insostenible que propaga conflictos armados por el mundo, intensifica la destrucción de la naturaleza; y aumenta las desigualdades sociales, la persecución religiosa y diferencias de orientación sexual, el racismo, el patriarcado, el machismo, la xenofobia y todos los tipos de discriminación.
Este sistema no es capaz de proveer las necesidades básicas da humanidad como alimentación para toda la población, salud, educación, dignidad, libertad y justicia. Por tanto, quien paga la cuenta de la crisis y sufre las consecuencias del capitalismo es la clase trabajadora, en especial las poblaciones negras, imigrantes, mujeres e los pueblos tradicionales e Indígenas.
Para superar la crisis, el capitalismo intensifica su explotación de la naturaleza, a través de la apropiación del agua, territorios, semillas, bosques, petróleo, minerales y sobre los trabajadores y trabajadoras, retirando le derechos, reduciendo salarios e precarizando sus condiciones de trabajo.
La energía es central en la disputa por la hegemonía en el mundo, los capitalistas intentan apropiarse de las fuentes más productivas para garantizar lucros extraordinarios y el control geopolítico. Esto nos presenta la necesidad de discutir a profundidad y construir un modelo energético que tenga como objetivo la soberanía de los pueblos, respeto a las comunidades afectadas y que tenga control popular.
Agua y alimento también sufren procesos de mercantilización y son intensamente disputados. Por eso, el derecho y acceso de estos recursos son negados a millones de personas lo que causa hambre y pobreza en el campo y la cuidad, expulsión de los campesinos de sus tierras y las familias de los centros urbanos. La agudización de los conflictos por el agua nos obligan a tener reflexiones importantes acerca de las luchas necesarias y urgentes para mantener condiciones de acceso y calidad de agua para todas y todos los trabajadores.
Vivimos en todo el mundo un momento de avance de las fuerzas conservadoras, marcadas con características de fascismo, cuyo propósito es profundizar el neoliberalismo, atacar los derechos humanos, amenazar la democracia y las organizaciones populares y provocar la desestabilización política de los países. Tales fuerzas, aprovechando el momento de crisis, han utilizado los grande medios de comunicación y la propaganda para apoderarse de las estructuras de en varias partes del mundo.
Si no bastase, se multiplican los casos de criminalización de las luchas y de comunidades tradicionales e Indígenas que vienen defendiendo la tierra por siglos, además de los encarcelamientos y asesinatos de las luchadoras y luchadores. Es importante reconocer que la crisis es global porque los actores que la crearon son transnacionales, siendo así, nuestras luchas de resistencia y la construcción de una nueva sociedad deben ser internacionales.
Ante este escenario, las organizaciones reunidas en este seminario entienden que:
- Es necesario hacer trabajo de base e involucrar a la mayoría de la población para construir una fuerza social, hacer luchas de resistencia y construir un proyecto de los pueblos;
- Es necesario un esfuerzo colectivo para la construcción de la unidad de los diferentes tipos de organizaciones dispuestas a luchar contra el capitalismo y el patriarcado y por la construcción de una nueva sociedad;
- Es necesario construir un proyecto de sociedad de forma colectiva, donde apuntemos nuestras propuestas, guiadas por un pensamiento ecológico, de soberanía energética, alimentaria e hídrica y todos los otros asuntos importantes para la vida del pueblo, con leyes justas y respeto a la Madre Tierra. Este proyecto debe ser presentado de forma clara y apropiada para la sociedad;
- Es necesario el cultivo permanente de los principios que deseamos para la nueva sociedad,
tales como la solidaridad, compañerismo, internacionalismo, sustentabilidad, igualdad con respeto a las diferencias, feminismo, ecologismo, anti-racismo y contra las guerras; - Es necesario seguir el proceso de construcción de un análisis conjunto entre las organizaciones involucradas con el tema del agua, energía y alimentos, además de avanzar las articulaciones y luchas unitarias entre esas organizaciones.
¡ALIMENTO, AGUA Y ENERGIA NO SON MERCANCIAS!