Publicado por REMA, el 8 de marzo del 2024
El modelo extractivo es una forma de explotación de los bienes comunes naturales, el saqueo a gran escala y con la tecnología más avanzada que, en donde se instala, se va apropiando de territorios y cuerpos principalmente de comunidades indígenas, ejidales y campesinas. El extractivimo es la expresión más acabada del sistema capitalista, racista, neocolonialista y patriarcal, que sigue acumulando riqueza a través del despojo (acumulación por desposesión), que no podría ser posible sin el horror de la violencia y control militar en los territorios. Esto impacta especialmente en los cuerpos de las mujeres porque son las mujeres las responsables del trabajo de cuidados y las que garantizan la reproducción de la vida en los hogares.
Este modelo no sólo extrae hasta lo último de un territorio que puede convertir en mercancía, sino también exprime hasta el último aliento de las mujeres que, con su trabajo doméstico gratuito, son quienes le sirven para cuidar a los trabajadores y sus familias, a las y los ancianos, a las y los enfermos producto de esta misma expoliación. Sin embargo, son las mujeres también la última trinchera de resistencia frente al despojo; son las mujeres de las comunidades afectadas las que están sosteniendo la vida cotidiana, las que mantienen la esperanza, alimentan las luchas y las sostienen con un trabajo colectivo y silencioso. Mientras el modelo extractivo masculiniza los territorios, reforzando el patriarcado; las mujeres disputan los espacios de toma de decisión con una postura de no negociación Las mujeres en su potencia reconocen las amenazas del modelo extractivo y por eso no es una casualidad que tanto las empresas como el propio Estado violente los cuerpos, no es una casualidad que la minería profundice las violencias patriarcales y exponga a las mujeres a vulneraciones recrudecidas con casos crueles de violación asesinato y desaparición.
El extractivismo reconfigura los territorios, saquea y destruye toda forma de vida, se apropia de conocimientos ancestrales y los mercantiliza, acaba con culturas y desplaza a comunidades enteras, violando derechos humanos y de la naturaleza, es un modelo genocida que pone precio a todo lo que encuentra a su paso, para las mujeres esto significa también riesgos alarmantes por las complicidades del modelo extractivo y el crimen organizado; donde los cuerpos de mujeres y feminizados son también puestos como mercancías al servicio de la acumulación del capital.
Son las mujeres las mayores víctimas del modelo extractivo, sus cuerpos vejados y mutilados encontrados en zanjas y baldíos y exhibidos por los medios. Muestran que el poder actúa impune ante estos hechos, refleja lo sádico que puede ser contra las mujeres que cada día se revelan, muestran su coraje y ponen sus cuerpos para defender la vida. Este sistema capitalista las usa, las exprime y las condena a la muerte y al olvido. Al mismo tiempo, las miles de mujeres de las zonas rurales de México articulan un sinúmero de estrategias para seguir sosteniendo la vida, activan diversas complicidades para seguir reproduciendo la vida comunitaria, se las ingenian para celebrar la vida en cada acto de resistencia que se cocina en los fogones de los hogares, se acuerpa en las camas, se aferra a la alegría, la fiesta y la celebración; se activa con indignación ante la injusticia, se moviliza y no se queda pasiva. Es así que en este 8 de marzo homenajeamos también a las mujeres que en sus tejidos colectivos han sido capaces de parar megaproyectos y frenar la maquinaría del despojo.
Desde REMA Mujeres condenamos a ese modelo extractivo de muerte, y ese sistema capitalista, neocolonialista, racista y patriarcal. Buscamos otras formas de relacionarnos con la madre naturaleza y abrazamos y nos acuerpamos con todas las mujeres que defienden la vida y sus territorios. Juntas alzamos la voz y en este 8 de marzo le decimos al modelo extractivo que en nuestros cuerpos y nuestros territorios ¡No pasará!
¡Bety Cariño, Berta Cáceres, Epitacia Zamora, Manuelita Solís, Ana Paula Hernández, Rosy Govela, María de Jesús Gómez Vega y Noemí López Gutiérrez (desaparecida) viven !
Ellas, y todas las mujeres que luchan día a día por la defensa de la vida, están presentes siempre en nuestros corazones, en nuestra alegría, imaginación y fuerza para construir comunidades y pueblos libres de extractivismo. ¡ La lucha sigue !
Red Mexicana de Afectadas/os por la Minería (REMA)
REMA MUJERES
Fuente: https://www.facebook.com/story.php?story_fbid=704244495212015&id=100068794128762&mibextid=oFDknk