En una carta remitida desde Nueva York, y fechada este mismo lunes, Colombia acaba de ser notificada de que su principal entidad de preservación y construcción de memoria del conflicto fue expulsada de la red internacional más grande que existe sobre la materia.
La misiva está dirigida a Rubén Darío Acevedo, director del Centro Nacional de Memoria Histórica, y en ella se advierte que la negación de que en el país hubo durante al menos cinco décadas un conflicto armado interno muestra que quien dirige esa institución, y por ende, también la entidad, no tiene interés de continuar en esta comunidad de memoria internacional.
El documento indica que desde hace cuatro meses se le pidió a Acevedo –por solicitud expresa de varios de los 275 miembros de 65 países que tiene la Coalición Internacional de Sitios de Consciencia– que expresara si reconocía o no el conflicto.
“Consideramos que cuatro meses son un tiempo prudente para esperar una respuesta de su parte, por lo cual vemos que con no responder nos da a entender que no está dispuesto a suscribir los principios de nuestra comunidad internacional y nos vemos obligados por lo tanto a no renovar la membresía del CNMH en la Coalición Internacional de Sitios de Consciencia”, precisa la carta firmada por su principal cabeza, Elizabeth Silkes.
Y agrega: “En consecuencia, nos permitimos notificarle que su calidad de miembro de la Coalición Internacional de Sitios de Consciencia y de la Reslac (Red de Sitios de Memoria Latinoamericanos y Caribeños) quedará suspendida a partir del 1.° de febrero del 2020”.
En efecto, a Acevedo se le había pedido que reconociera el conflicto armado, como lo establece la ley de víctimas; que busque garantizar el derecho a la verdad de todas las víctimas, sus familiares y organizaciones; y que reconozca la centralidad de las víctimas de todos los actores armados, para garantizar su participación en procesos de reparación simbólica.
Además, que apoye los ejercicios de memoria que se desarrollan desde la sociedad civil.
Acevedo se posesionó en el cargo en febrero del 2019 por decisión del presidente Iván Duque, y desde que llegó a esa institución, no ha rectificado su postura de negación sobre el conflicto, pues se ha mantenido en la tesis de que el país vivió una amenaza terrorista.
De hecho, esta misma red internacional fue una de las que con más fuerza se opusieron a que Vicente Torrijos llegara al mismo cargo, antes de Acevedo, también por sus posturas frente a estos temas de memoria y reconciliación.
Por ahora, se espera que el propio Acevedo o el gobierno de Duque se pronuncien sobre la cancelación de la membresía a la red más grande de memoria que hay en el mundo y a la que pertenecen, entre otros, The Tenement Museum, de Estados Unidos; The Gulag Museum en Perm-36, de Rusia; House of Slaves o Maison des Esclaves, de Senegal, y Memoria Abierta, de Argentina.
El trasfondo del debate se debe a declaraciones en las cuales dijo que los ‘falsos positivos’ –ejecuciones extrajudiciales– no habían sido una política de Estado.
Acevedo ya había sido objeto de un debate en el Congreso, impulsado por Iván Cepeda, María José Pizarro, Antonio Sanguino y Feliciano Valencia, quienes explicaron en su convocatoria que se hará “con el fin de examinar cómo el alto funcionario viene intentando revisar la historia del conflicto armado y la memoria de las víctimas”.
A pesar de esta decisión, quedan habilitadas dos membresías: la del Centro Paz y Reconciliación, de Bogotá, y la del Museo Casa de la Memoria, en Medellín.