Cuarenta grupos ambientales, ciudadanos, sindicales y de las Primeras Naciones denuncian la compra del oleoducto Trans Mountain de la empresa estadounidense Kinder Morgan, anunciada por el gobierno de Justin Trudeau.
En Canadá, una manifestación tuvo lugar el 27 de mayo pasado para protestar contra la expansión del megaproyecto de oleoducto Transmountain, de la empresa multinacional Kinder Morgan. Ese mismo día, en las instalaciones del proyecto se produjo una filtración de petróleo que en fecha de hoy ha sido estimada a 4800 litros derramados en el suelo, ósea mucho más de lo que se había anunciado cuando sucedieron los hechos.
El proyecto Transmountain, considerado “un interés nacional” por el primer ministro Justin Trudeau, ha provocado un conflicto entre las dos provincias por donde pasa el oleoducto que podría transportar hasta 900 000 barriles de petróleo por día.
Melissa Mollen Dupuis, del movimiento indígena nacional Idle No More, denunció que este proyecto pondrá en riesgo el medioambiente y los territorios indígenas que serán atravesados por el oleoducto.
Desde hace años intentamos que nuestra voz sea escuchada. A pesar de que hoy hay un nuevo primer ministro en Canadá los discursos son los mismos. Desgraciadamente, se usa demasiado la expresión “reconciliación con los pueblos indígenas”. Sin embargo, y, sobre todo con el proyecto de Kinder Morgan, reconciliación es sinónimo de condición. Nos dicen que si queremos justicia social para nuestros ninos, nuestras ancianas, nuestros territorios, tenemos que aceptar proyectos que son inaceptables. Para que se trate realmente de reconciliación, hay que comprometerse y escuchar la voz de los pueblos originarios que dicen NO a proyectos de oleoductos en sus territorios, porque son ellos los primeros afectados.
Dos días después de la masiva manifestación del 27 de mayo, el gobierno canadiense anunció una inversión de 4,5 mil millones de dólares canadienses para comprar el proyecto. Este anuncio provocó una reacción inmediata de denuncia a través de una declaración firmada por 40 organizaciones ecologistas, ciudadanas, sindicales e indígenas.
Además, la agrupación de mujeres indígenas de Quebec recordó el compromiso del gobierno canadiense con la Declaración de las Naciones unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, y su obligación de respetar la autodeterminación de los pueblos ancestrales sobre sus territorios.