Publicado por El Universal Oaxaca, el 7 de agosto 2023
La familia Aranda denunció que no existió una verdadera búsqueda y se negaron a realizar otras por falta de pistas; piden al gobierno de México elevar la atención al caso.
Oaxaca de Juárez.- Los últimos minutos que se conocen del paradero de Carlos Aranda están filmados en un video de seguridad de un hotel de Osoyoos, Canadá, ciudad donde el pasado 7 de julio desapareció este joven oaxaqueño de 30 años y de quien, a un mes de distancia, no se sabe nada ni hay pistas sobre su ubicación. Lo que sí existe es una serie de irregularidades en el proceso de búsqueda que encabeza la Policía Montada de ese país, corporación que se ha negado a entregar un reporte sobre el caso a la familia.
Al cumplirse un mes de la desaparición de Carlos, quien viajó a Canadá como turista y acompañado de amigos, la familia del joven señala que la búsqueda encabezada por las autoridades canadienses fue una simulación, pues todos los hallazgos que se cuentan hasta el momento del caso han sido resultado de los esfuerzos de los familiares de Carlos, mientras que la Policía Montada se niega a realizar nuevas búsquedas porque afirma que para ello se necesita al menos una pista, misma con la que aseguran que no cuentan.
Octavio Aranda Ortega, el padre de Carlos, está convencido de lo contrario. Tras enterarse de la desaparición de su hijo y no encontrar apoyo de las autoridades en un primer momento, viajó a Canadá donde él mismo comenzó la búsqueda, algo que, asegura con base en testimonios, la Policía Montada en realidad no realizó. Por cuenta propia Octavio ha ido hilando los últimos rastros que dejó su hijo antes de esfumarse. Por ejemplo, fue él quien dio con el video de seguridad del hotel donde se observa al joven agitado y pidiendo ayuda, algo que no consiguió porque no hablaba el idioma.
También es él quien insiste en que ante la falta de pistas deben investigarse y llamar a declarar a dos jóvenes mexicanos que estaban con él el día de la desaparición y que dejaron Osoyoos poco después.
La desconfianza de la familia sobre las acciones de la Policía Montada se debe a que pese a que el encargado de la búsqueda mostró al padre de Carlos el área que habían abarcado, los amigos del joven negaron que se haya realizado una verdadera movilización de búsqueda.
A ello se suma que hasta el momento la familia no ha tenido acceso al reporte de la investigación de la Policía, pues aunque por ley ésta tiene 30 días para entregarlo, solicitaron una prórroga por el mismo periodo de tiempo. Es decir, los padres de Carlos deberán esperar 60 días para saber qué acciones se realizaron para hallar a su hijo, lo que les hace pensar que en realidad no tienen ningún avance.
“La Policía Montada nos dijo que ya se estaba atendiendo, que lo estaban buscando e inclusive el responsable nos mostró unas imágenes de dron de lo que había abarcado la búsqueda, pero que no había resultados. Y uno, pues les cree, piensa que sí lo está buscando”, cuenta el padre de Carlos en entrevista con EL UNIVERSAL.
Sin embargo, cuando la familia comenzó su propia búsqueda y preguntó sobre la movilización de la policía, con sorpresa se enteraron que nunca hubo tal. “Yo le dije a la Policía y al Vicecónsul necesitamos hacer otra búsqueda, entonces habían pasado cinco días, les dije que a lo mejor mi hijo estaba tirado pero estaba vivo”.
Octavio narra que la negativa de las autoridades canadienses fue tajante, pues aseguraron que no podían hacer otra búsqueda mientras no tuvieran algún indicio, al respecto señala que el gobierno mexicano, a través del vicecónsul de Vancouver Luis Guillermo Elías Villanueva tampoco tomo una postura firme sobre el caso.
“Me parte el alma porque todavía había posibilidades de encontrar a mi hijo vivo, pero no hicieron una nueva búsqueda, yo pedí que presionaran, pero nunca la hicieron. Se siente uno indefenso porque la autoridad mexicana máxima allá no hizo lo posible para presionar y se hiciera otra búsqueda”, narra.
La familia insiste en que se debe de investigar los hechos que ocurrieron antes de la desaparición, y por tanto a otros mexicanos que estaban con Carlos y sus amigos, a quienes identifican como Omar y Antonio, originarios de Michoacán y Jalisco. “Qué es lo que pasó con ellos, por qué mi hijo salió corriendo, por qué estaba asustado. De ahí podían arrancar una pista, pero tampoco lo hicieron”.
Por la inacción de las autoridades, que en 27 días no le entregaron a Octavio ningún reporte de la investigación, la comunidad oaxaqueña y mexicana en Canadá fue la que comenzó a activar la búsqueda de Carlos y su padre y familiares personalmente recorrieron los últimos lugares donde se le vio, abarcando un total de 5 kilómetros. A ellos se sumó una asociación que fue la que facilitó la llegada de perros, algo que tampoco hicieron las autoridades canadienses.
“Realmente no les interesa, no sé si porque es mexicano o por qué, por eso yo le pedía al vicecónsul que acudiera ante otras instancias para que mínimamente haya una respuesta, son casi 30 días y mi hijo no aparece, pero lamentablemente no se hizo nada”.
Ante la desesperación por la falta de resultados, la familia de Carlos, quien estudio la licenciatura en Turismo y Desarrollo Sustentable en la UABJO, decidió acudir a protestar a Palacio Nacional, con la intención de llamar la atención del Presidente y que comiencen a moverse los lentos engranajes de la burocracia. La estrategia funcionó a medias, pues aunque AMLO mención que si es necesario hablará con el ministro Justin Trudeau, y Relaciones Exteriores tomó conocimiento del caso, la ayuda que le ofrecen a la familia por el momento es enviar oficios a las autoridades de Canadá.
Es por esa razón que la familia tiene como petición al gobierno mexicano que se eleve el nivel de atención a la desaparición de Carlos y que dejen de atenderlo mediante papeleo; en su lugar piden que la canciller Alicia Bárcena sea quien lleve la comunicación con las autoridades canadienses y así pueda realizarse una búsqueda seria del joven.
“Les pido a las autoridades que se pongan las pilas, han hecho caso omiso. Quiero que hagan todo lo posible para que encuentren a mi hijo, es un muchacho bueno, no se vale que las autoridades canadiense no hayan hecho nada. No son gente humana”, finaliza Ana María Monroy, la madre de Carlos.