En los últimos 28 años, movilizaciones se organizan cada año en todo Canadá para que conmemorar las mujeres y niñas indígenas asesinadas y desaparecidas.
El pasado 14 de febrero, en varias ciudades de Canadá, se organizaron marchas y vigilias en el marco de la movilización nacional s para rendir homenaje a las mujeres y niñas indígenas desaparecidas o asesinadas. Como respuesta a las demandas reiteradas de organizaciones de los pueblos originarios y de la sociedad civil, el Primer-Ministro Justin Trudeau lanzó en 2016 una Investigación Nacional para esclarecer los miles de casos señalados. Sin embargo, según las organizaciones indígenas y de la sociedad civil, la investigación no ha representado cambios en cuanto al acceso a la justicia para personas indígenas. Los pueblos indígenas de Canadá siguen discriminados por leyes y políticas que son el reflejo de una sistema racista, a pesar de los numerosos tratados e informes que denuncian las violaciones de los derechos humanos de esas poblaciones.
Es lo que afirmó Ellen Gabriel, activista indígena Mohawk, durante una manifestación en la ciudad de Montréal. Para ella, la llamada política de reconciliación del gobierno liberal de Trudeau con las Primeras Naciones no se ha traducido en medidas efectivas de respeto de los derechos de los pueblos indígenas:
«Canadá ha basado su soberanía en falacias legales, racismo y discriminación. Y lo siguen haciendo hoy y lo hacen sin ninguna vergüenza. Todos los gobiernos que han pasado, ya sean conservadores o liberales, han continuado y perpetuado la discriminación y han hecho con que las mujeres indígenas sintieran que no merecen el respeto y el reconocimiento de sus derechos humanos
Y como vemos, la reconciliación es una farsa. No hay reconciliación. Son solamente palabras dulces y bonitas para que en las próximas elecciones ellos puedan hacer creer a la gente que están haciendo algo cuando en realidad no están haciendo nada, excepto cambiar la imagen de la asimilación, cambiarla y hacerla más normal para seguir discriminando a las mujeres indígenas y sus familias.»
Según las estadísticas, el riesgo de agresiones sexuales es tre veces mayor para las mujeres de las Primeras Naciones. Es importante señalar también que desde que empezó el gobierno Trudeau en 2015, se contabilizan al menos 100 mujeres indígenas que han desaparecido o fueron asesinadas.