A un año del estallido social en Chile, tuvo lugar el plebiscito del 25 de octubre que contó con una histórica y masiva participación a favor de la redacción de una nueva Constitución. La comunidad chilena en el extranjero también se hizo presente. Alrededor del 90% de los votos en la ciudad de Montréal y en Canadá se expresaron a favor del apruebo de la convención constituyente.
El Comité por los derechos humanos en América Latina conversó con Angela Roa del Colectivo Place de la Dignité de la ciudad de Montreal. Nos comenta sobre las acciones que han realizado desde su organización como colectivo y frente a los desafíos que se imponen en lo que sigue en el proceso constituyente:
“Place de la dignité es un colectivo, quienes decidimos organizarnos para apoyar las reivindicaciones de movimientos sociales en Chile. Gran parte de nuestro trabajo se enfoca en difundir información sobre el acontecer en Chile y en denunciar por diferentes medios la represión del Estado chileno tanto como el silencio del gobierno canadiense frente a este. En los últimos meses hemos trabajado en campañas de información y denuncia de la violación de los derechos humanos y de la precarización de la vida en Chile. Nos hemos unido al trabajo de organizaciones de derechos humanos y colectivas feministas por medio de campañas de recaudación de fondos. Frente al proceso constituyente que se ha puesto en marcha luego del histórico apruebo este 25 de octubre, identificamos muchos desafíos. Hay una gran desconfianza en que este proceso sea apropiado por la institucionalidad y que las demandas de profunda transformación social no sean acogidas en la futura Constitución. Es por esto que se llama a seguir organizados y en las calles. Nuestro desafío principal será el de mantenernos vigilantes a que se garantice el protagonismo ciudadano en el proceso constituyente”.
Cabe recordar que diversas críticas surgieron desde el movimiento social al “Acuerdo por la paz social y la nueva Constitución”, que posibilitó el plebiscito. Sin embargo, este ha abierto el camino para dejar atrás la Constitución heredada de la dictadura de Pinochet. Si bien la convención constituyente permitirá elegir a sus integrantes, impone barreras para la participación popular a través de candidaturas y elección de independientes. El apruebo es el primer paso de un largo de camino de desafíos donde se disputa la posibilidad de la participación popular y de pueblos indígenas para hacer parte del proceso constituyente.
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Foto : Colectivo Place de la Dignité (Montréal)