El 30 de marzo, en la región indígena del Totonacapan, México, asesinaron a la periodista María Elena Ferral, quien cubría movimientos sociales en la región. Con ella se suman 23 asesinatos a comunicadores y comunicadoras desde 2011 a la fecha en el estado de Veracruz, uno de los lugares más peligrosos para ejercer el periodismo en México.
María Elena Ferral, periodista del estado de Veracruz, México, fue asesinada el 30 de marzo en la ciudad de Papantla, en la región indígena del Totonacapan. Su trabajo se caracterizó por dar cobertura y difusión a movimientos sociales e indígenas contra los proyectos de fracking, contaminación petrolera y por la defensa de la tierra y el agua. Desde hace cuatro años ella recibía amenazas por parte del político Camerino Basilio Picazo ligado al crimen organizado y a quien responsabilizan como el autor intelectual de su asesinato. El Totonacapan es una de las zonas más violentas debido a la impunidad con que ha operado el crimen organizado.
Como protesta ante el asesinato, comunicadoras y comunicadores bloquearon las carreteras federales para exigir justicia y mejores condiciones de trabajo. Por su parte, la Red veracruzana de periodistas emitió un comunicado dirigido al presidente Lopez Obrador, al gobernador de Veracruz Cuitláhuac García, y a la presidenta de la Comisión estatal de periodistas, donde manifiestan que -con el asesinato de María Elena se exhibe una vez las condiciones en las que trabajan las y los reporteros y comunicadores: las condiciones de inseguridad, la precariedad laboral, la falta de seguridad y servicios médicos y la impunidad con que han agredido a los comunicadores incluso hasta la muerte.-
Veracruz es uno de los lugares en México y Latinoamérica en donde más se han asesinado a periodistas. México ocupa el puesto 144 entre 180 países en el Índice Mundial de Libertad de Prensa 2019 publicado por Reporteros sin Fronteras.
Edgar Escamilla, comunicador y amigo de María Elena, comenta las demandas del gremio periodístico:
Entre las exigencias está que se tome en cuenta las líneas de investigación con las que se relacionaba Maria Elena, que se investiguen las amenazas y antecedentes que ella había denunciado previamente, que se aplique el mecanismo de protección federal a su familia, y que los actores políticos se abstengan de desvirtuar los hechos o de politizar el asunto. Se hace un llamado para que de una vez por todas en Veracruz y en todo el país se termine con la impunidad que permite que en México y en Veracruz matan periodistas porque los criminales quieren pueden y se les permite porque saben que sus hechos quedaran en la impunidad. Exigimos justicia, dar con los culpables materiales e intelectuales. MarÍa Elena dio voz a quienes no la tenían, hoy toca a nosotros mantener ese grito de justicia por ella, por José Celestino, Leobardo Vásquez, Gumaro Pérez, Candido ríos, Erwin rivera, Ricardo Monlui, Pedro Tamaño, Manuel Torres, Anabel Flores, Juan Mendoza, Gregorio Jiménez, Armando Saldaña, Víctor Baez, Esteban Rodríguez, Gabriel Juye, Guillermo Luna, Regina Martínez Yolanda Ordaz, Misael López, Miguel Ángel López, Noel López, y por supuesto Rubén Espinoza.
Desafortunadamente el asesinato de María Elena no fue el único del mes de marzo. También asesinaron a dos activistas ambientales: Paulina Gómez, de 50 años, quien fue hallada muerta en Zacatecas el 22 de marzo después de dos días de haberla reportado como desaparecida. El abogado ambientalista Issac Medrano, de 58 años, fue asesinado el pasado 23 de marzo en las puertas de casa en el municipio de Jiutepec Morelos. Hasta el momento los tres asesinatos de los activistas han quedado impunes.
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Foto: AFP/Hector Quintanar