Publicado por Erika Liliana López, Desinformémonos, el 15 de abril del 2024
Entre los aspectos que puso al descubierto el atroz feminicidio infantil de Camila Gómez Ortega en Taxco, Guerrero, ocurrido el pasado 27 de marzo, uno de especial interés es la muestra palpable de la importancia fundamental que supone que la búsqueda inmediata se lleve a cabo con debida diligencia, es decir, que las autoridades realicen sus funciones de forma pronta y eficaz, haciendo todo lo que esté en sus manos para ello.
La pequeña Camila, de ocho años, fue a jugar con su amiguita que vivía en una casa cercana para bañarse en una alberca inflable; esto ocurrió alrededor de la 1 pm. A las 4 de la tarde, cuando la mamá de Camila fue a recogerla y Ana Rosa Díaz, madre de la amiga, le dijo que la niña nunca llegó, acudió de inmediato al Ministerio Público a levantar la denuncia por su desaparición. Supo que era un secuestro cuando recibió tres llamadas donde le pedían dinero por el rescate de su hijita.
Ese mismo día, cerca de las 19:00 horas, la madre de Camila consiguió y revisó las cámaras de seguridad de la zona, donde vio que la pequeña sí había entrado a la casa a la que se dirigió, cerca de la una de la tarde. Ahí observó que una hora después, Ana Rosa, junto a otro hombre que después se sabría que era su hijo, sacaban un bulto que se presumía era la menor: todo indicaba que eran los perpetradores.
Tras conocer los videos, una furiosa multitud de vecinos cercó la casa. Mientras esperaban la firma de un juez que autorizara una orden de cateo y aprehensión, ocho policías estatales llegaron para contener el linchamiento. Sin embargo, la orden del juez no llegó y la muchedumbre terminó sacando a los presuntos responsables del domicilio a punta de golpes que derivaron en la muerte de Ana Rosa y dejaron heridos a José Ricardo y Axel, madre e hijos. Ese mismo jueves, José Ricardo y Axel fueron detenidos junto con un taxista, pareja sentimental de la presunta perpetradora. La madrugada del jueves 28 de marzo en la carretera federal Taxco–Cuernavaca fue hallado el cuerpo sin vida de la pequeña Camila.
El evento, estampa llena de esquirlas que se suma a la ominosa serie que puebla a diario la realidad de las regiones de nuestro país, nos permite volver sobre la vital importancia que tiene que la búsqueda inmediata se realice efectivamente y que se haga con debida diligencia. Esto ha sido reiterado una y otra vez por los familiares en búsqueda, y lo ordenan las normativas en la materia, como la Ley General en Materia de Desaparición y el Protocolo Homologado de Búsqueda.
¿Qué significa actuar con debida diligencia? Significa que las autoridades utilicen los medios necesarios para realizar sus funciones de forma rápida, oportuna y en un plazo razonable para cumplir con los propósitos de la ley, en especial para buscar a la persona desaparecida o no localizada. También implica que en el proceso penal, las autoridades actúen de modo independiente, autónomo, inmediato, imparcial y eficaz, con exhaustividad, respetando los derechos humanos y con un máximo nivel de profesionalismo.
En el caso de Camila puede observarse que las autoridades primarias, aquellas que deben responder en primera instancia, como la Comisión Estatal de Búsqueda, así como la Secretaría de Seguridad de Taxco, no actuaron con debida diligencia, aun cuando tenían un deber reforzado de aplicarla en casos donde niñas, niños y adolescentes se encuentran desaparecidos, dada su acentuada vulnerabilidad a la comisión de otros delitos y violaciones de derechos. En el caso de Camila, la ficha de búsqueda fue emitida siete horas después de que fue notificada su desaparición.
Si bien en esta ocasión la vida de la pequeña Camila no pudo salvarse, considerando que fue asesinada tan solo una hora después de haber llegado a la albercada y, por tanto, mucho antes de que la autoridad supiera del asunto, en muchos otros casos, la actuación diligente de las autoridades implicadas sí puede hacer la diferencia entre la desaparición y la localización con vida de las personas.
En Coahuila, la estrategia que Familias Unidas en la Búsqueda y Localización de Personas Desaparecidas de Piedras Negras (FAMUN) ha desarrollado, centrada en la conjunción simultánea de denuncia, amparo, queja ante comisión de derechos humanos y reporte ante comisión de búsqueda, ha mostrado su efectividad devolviendo con vida a numerosas personas a sus casas. Si bien el contexto de Piedras Negras tiene características muy propias, no necesariamente extrapolables al de Taxco, muestra que el hecho de que las autoridades actúen con rapidez, sí funciona para evitar desenlaces todavía más lamentables, aun cuando lo hayan hecho porque fueron obligadas de forma ciudadana mediante mecanismos legales.
El caso de Camila Gómez exhibió también la falta de debida diligencia en la actuación de la Fiscalía General de la República, cuyos funcionarios llegaron no a Taxco sino a Cuernavaca, a una hora de distancia, así como del juez respectivo quien no emitió las órdenes de cateo y aprehensión con la prontitud debida. La actuación diligente de las autoridades habría evitado el linchamiento de los responsables. En casos similares, la actuación diligente de la persona juzgadora puede evitar la consolidación de la desaparición, la perpetuación de daños corporales más graves en la comisión de la tortura, o el homicidio.
En la consecución de la debida diligencia por parte de las autoridades referidas, un factor central es el tiempo: que lo hagan de forma correcta, y sobre todo pronta, puede salvar vidas y sobre todo regresar a las personas a casa.
*Erika Liliana López López es feminista. Maestra en derecho y Doctora en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en sociología por la UNAM. Representante de la Asamblea de Coordinación del GIASF. Ha sido docente en el Posgrado en Derecho de la UNAM desde 2016. Sus temas de interés son la pluralidad legal, los derechos de los pueblos indígenas, los enfoques que vinculan derecho y violencia para la comprensión integral de la desaparición de personas y de la justicia transicional. A veces el sentir le atora la escritura. Le gustan las cactáceas. No pierde la esperanza de aprender actuación.
El Grupo de Investigaciones en Antropología Social y Forense (GIASF) es un equipo interdisciplinario comprometido con la producción de conocimiento social y políticamente relevante en torno a la desaparición forzada de personas en México. En esta columna, Con-ciencia, participan miembros del Comité Investigador y estudiantes asociados a los proyectos del Grupo (Ver más: www.giasf.org)
La opinión vertida en esta columna es responsabilidad de quien la escribe. No necesariamente refleja la posición de adondevanlosdesaparecidos.org o de las personas que integran el GIASF.
Fuente: https://desinformemonos.org/debida-diligencia-la-diferencia-entre-la-fatalidad-y-la-fortuna/