Por Rodrigo Fuentes
Los afectados rechazan cualquier modificación que quiera hacer la minera e insisten que solo conversan con grupos minoritarios de habitantes, los que no son opiniones representantivas del sentir local.
Como una mera estrategia comunicacional calificaron comunidades diaguitas y movimientos sociales del Valle del Huasco, el anuncio por parte del máximo directivo de Barrick respecto a rediseñar el proyecto Pascua Lama.
Recientemente el director ejecutivo de la compañía en Chile, anunció un nuevo lineamiento que implicaría reducir al máximo los impactos sociales, ambientales, incorporar necesidades de los habitantes e, incluso, no descarta cambiar el nombre del proyecto y hacerlo subterráneo.
Constanza San Juan, vocera de la Asamblea por el Agua del Huasco Alto, descartó cualquier tipo de acercamiento con la trasnacional canadiense.
“No hay nada, nada, como Asamblea del Huasco Alto, nada. Acá lo que pasa es que también hay que recordar que hay comunidades diaguitas que trabajaron con el abogado Lorenzo Soto son un grupo mínimo dispuesto a negociar y muchas veces, cuando Barrick habla de que entra en relación y comunicación con las comunidades, está hablando de ese pequeño grupo. La mayoría que vivimos acá seguimos trabajando y no vamos a entrar en diálogo nunca con la empresa, porque nosotros queremos que se vaya”.
La dirigente del Valle del Huasco subrayó la historia que tiene el abogado Lorenzo Soto con las comunidades. Indicó que hace algunos años defendía los intereses de las mismas, sin embargo, transcurrido el tiempo, los habitantes de la zona se dieron cuenta que el jurista no era más que un mediador de la minera canadiense. Incluso, lo denunciaron ante la justicia por fraude y prevaricación.
El presidente de la Comunidad Diaguita Patay Co, Sebastián Cruz, rechazó tajantemente cualquier proyecto que contemple la intervención de los glaciares del Huasco Alto, incluso en las cercanías.
Recordemos que el proyecto de explotación de la minera Barrick en la Región de Atacama, se encuentra paralizado desde el año 2013, lo que ha obligado a los directivos de la canadiense a buscar nuevas fórmulas de rediseño. Incluso han planteado una opción subterránea, lo que es igualmente rechazado por las comunidades que viven en el valle.