Desde Montreal hasta Brasil y en el mundo entero, miles de personas se movilizaron para denunciar el asesinato de Marielle Franco, mujer afro-brasileña, críada en las favelas, lesbiana, defensora de derechos humanos y particularmente de las mujeres,personas afrobrasileños y LGBTQI.
Fue asesinada el 14 de marzo por impactos de balas en la cabeza, en pleno centro de Rio de Janeiro, así como el chofer del auto donde se encontraba, Anderson Gomes.
El asesinato de Marielle ocurre tres días después de que denunciara la muerte de dos jóvenes durante un operativo de la policía militar en la comunidad de Acarí.
Según una comisión parlamentaria brasileña, cada 23 minutos, se asesina un joven negro en Brasil.
Marielle era un símbolo de la lucha de las mujeres negras brasileñas contra el racismo y la violencia policial.
Su muerte fue denunciada como crimen político, en represalia de su papel en la oposición al decreto del 16 de febrero adoptado por el presidente ilegítimo Michel Temer, que impuso una intervención militar en el estado de Río.
La comunidad brasileña e internacional se ha manifestado por distintos medios para exigir una investigación independiente sobre el asesinato de Marielle y Anderson.