El rompimiento de una represa en Brasil revela un histórico de violencia asociado a la empresa minera canadiense Equinox Gold

Hace días que millares de familias en el estado de Maranhão, Brasil, están sin agua potable y aisladas tras el rompimiento de una represa de la minera canadiense Equinox Gold. Informaciones de un afectado por la represa revelan que las familias de Aurizona vienen sufriendo una serie de violaciones de derechos humanos desde la instalación de la minera en la región.

En Maranhão, Brasil, una represa de residuos mineros se rompió en el área de explotación de la minera Aurizona, la MASA, de propiedad de la minera canadiense Equinox Gold. El lodo tóxico afectó al río principal y la estación de tratamiento de agua que abastece a más de cuatro mil personas en el distrito de Aurizona, municipio de Godofredo Viana.

El Comité por los derechos humanos en América Latina, CDHAL, recibió informaciones de Jonas Pinheiro, afectado por la represa. Además de la situación crítica actual, él nos contó sobre todo el historial de graves violaciones asociados a la empresa minera canadiense Equinox Gold.

«Allá tiene una de las mayores minas de oro del país, con un potencial de 750 mil toneladas de oro almacenado, 600 kilogramos de oro al mes, 90 millones de reales al mes, y es propiedad de la empresa canadiense Equinox Gold. Además de la falta de agua, las familias del distrito de Aurizona quedaron aisladas. El acceso a la carretera principal fue afectado por lodo tóxicos y hay indicios de contaminación del rió Tromaí, un río de agua salada y manglares. La brecha sacó a la luz una serie de violaciones que vienen sufriendo las familias desde el 2010 cuando la empresa se instaló en la región. Las casas de las familias de Aurizona están todas agrietadas por las explosiones de dinamita. Hay casos de criminalización y asesinatos de líderes. La empresa controla todo el municipio, policía, universidades, alcaldía y otras cosas. Hay denuncias de que la empresa no solo compró, sino que robó el terreno de las familias amenazadas en el momento de su instalación. Y hoy la empresa prohíbe a las familias de atrapar cangrejos, prohíbe a las familias cucharar juçara, açai, bacaba y pequí de la región que es una forma de supervivencia para ellos. Quien atrapa son llamados a guardias de seguridad que demandan a la policía y humillan en varias ocasiones. Alegan que toda la zona, frutas, el sótano es de propiedad privada de la empresa. También algo de lo que estamos seguros es que los grandes proyectos van acompañados de mayor violencia contra las mujeres, prostitución, delitos diversos, violaciones y actos ilícitos. Nosotros afectados por la represa de Aurizona tenemos que extender esta lucha por todo el mundo, incluso en Canadá, el país de origen de la empresa minera».

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Fuente foto : Moradores en la página FB Movimento dos Atingidos por Barragens – MAB