HomeComunicadoHaití : Una Llamada para la Solidaridad con el Pueblo Haitiano

Haití : Una Llamada para la Solidaridad con el Pueblo Haitiano

Los gobiernos y medios de comunicación han afirmado que, una vez más, Haití se encuentra en el centro de una crisis, esta vez por el asesinato del ex presidente Jovenel Moïse el 7 de julio. En realidad, Haití ha estado en crisis desde la posesión de Moïse como presidente en febrero de 2017.

La verdad es que Moïse fue víctima del caos y del crimen organizado a los que él mismo abrió la puerta. Desde el inicio de su presidencia, empezó sistemáticamente a desmantelar las instituciones democráticas, dando cada vez más espacio a una mafia nacional e internacional. Llamándose “Después de Dios, yo,” ni una vez permitió elecciones. Moïse se mantuvo ilegalmente en el puesto hasta su muerte, pues su mandato constitucional había vencido en febrero de 2021. Sin elecciones parlamentarias, todos los escaños vencieron y desde enero de 2020 la institución no existió más. Tampoco permitió elecciones para alcaldes; puso a sus propios representantes en esos cargos. También suspendió el sistema judicial. Gobernó solo a través de decretos, violando cada vez más las libertades de los ciudadanos. Reorganizó a la policía para que respondieran exclusivamente a él, e importó mercenarios colombianos altamente armados -ex militares- usando la represión para mantener el control autocrático.

Fue sobre todo en este último aspecto en el que Moïse fue su propia víctima. El listado de actores haitianos y extranjeros involucrados en el complot para matarlo es largo, pero parece que fueron los ex soldados colombianos, que Moïse usó para su propia protección, los que cometieron el acto.

Denunciamos el nuevo golpe de estado que sucedió tras el asesinato de Moïse. Su régimen representó una nueva fase de la histórica crisis estructural de explotación por las élites y por la dominación de los poderes occidentales; de hecho, hay un consenso popular entre la población de que Moïse fue una marioneta de los EEUU. La suspensión de las elecciones y la continuidad ilegal de su puesto fueron aprobadas por la Administración Biden. Moïse propuso un referéndum para cambiar la constitución haitiana, ilegalmente, concentrando todo el poder en el presidente, en un mimetismo de los antiguos dictadores. Muchos sectores de la población rechazan esa iniciativa tan fuertemente que, al último minuto, Biden se pronunció en contra.

Es evidente el uso premeditado de este vacío de poder para establecer otro gobierno ilegítimo y violento. La declaración de «estado de sitio» y la promulgación de la «ley marcial» apenas unas horas luego del asesinato, por un supuesto primer ministro que nunca tomo legalmente los cargos, lo evidencian: se imponen condiciones abierta-mente dictatoriales. El ejército reemplaza a la policía en las acciones de seguridad pública, libertades del estado de derecho (como la circulación, la manifestación y la expresión) quedan fuertemente restringidas, los medios de comunicación están controlados, se ha establecido el toque de queda, los tribunales civiles han sido reemplazados por tribunales militares, y se aumenta la vigilancia de la población.

Esto representa un aumento de la criminalización de movimientos sociales y de los sectores más desfavorecidos. Bajo la administración de Moïse, hubo 13 masacres, más de 10.000 personas fueron desplazadas debido a los contextos de violencia, y violaciones colectivas y secuestros fueron constantes.

Todo indica una gran estrategia de manipulación e intervención internacional, que solo aumentará la pobreza, la inseguridad, y la inequidad. Los Estados Unidos, el ONU, y otros actores extranjeros que no tienen ningún poder gubernamental en Haití piden una convocatoria de elecciones para este año, en un momento en que las pandillas controlan aproximadamente 60% del territorio nacional, y cuando la seguridad es tan frágil que aún un presidente puede ser sencillamente torturado y asesinado en su casa. Las organizaciones en la sociedad civil insisten en que las elecciones son imposibles dentro de estas condiciones confusas y con ausencia total de instituciones legítimas operando plenamente. En cambio, los movimientos sociales y ONGs progresistas llaman para un diálogo haitiano abierto e inclusivo, con mecanismos participativos claros, donde todos los interesados puedan participar en la construcción de acuerdos.

Deploramos que la ONU decidiera reconocer como su interlocutor -sin ninguna consulta con el pueblo haitiano- a un antiguo primer ministro que había sido destituido por Moïse y que no tiene ninguna autoridad. Resulta altamente preocupante el pedido de fuerzas militares estadounidenses realizado por el primer ministro de facto -por ahora sin respuesta positiva. También es preocupante que el gobierno estadounidense haya enviado misiones de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y el Departamento de Seguridad Nacional a Haití; una investigación del asesinato realizada por los EEUU no tiene ninguna base legal y tiene menos credibilidad aun porque algunos de los sospechosos de ser responsables del crimen trabajaron como informantes para la FBI y la Agencia de Control de Drogas (DEA) del mismo EEUU, y fueron entrenados por los EEUU cuando estaban en el ejército colombiano.

Saludamos al heroico pueblo haitiano que trata de sobrevivir y construir el camino a seguir. Su fuerza y valentía -frente a los riesgos y el dolor que nunca deberían ser suyosson ejemplares. Deploramos esta nueva ola de sufrimiento que se les impone desde arriba y desde fuera de sus fronteras. Nos sumamos a los movimientos sociales haitianos en llamar a todas las personas conscientes a usar todo su esfuerzo posible para apoyar al pueblo, para que tengan la seguridad y el bienestar necesarios mientras sobreviven y resisten otros intentos de controlar su país. Llamamos a la solidaridad global con la reivindicación de los ciudadanos para el restablecimiento de la democracia y con las estrategias que decidan adoptar al respeto. De manera categórica los movimientos sociales haitianos piden que sus amigos en los diversos países presionen a sus respectivos gobiernos para que de forma explícita Haití no sea tratado como un protectorado; es especialmente importante para los de los EEUU.

 

Si desea obtener más información, únase al debate en línea del 21 de julio: “Dos semanas después, ¿qué perspectivas sobre Haití?” Puede registrarse aquí.

Compartimos plenamente las palabras de Kettly Alexandre de la Universidad Itinerante de la Resistencia en Haití (UNIR) y de la sección de mujeres del Movimiento de Campesinos de Papay (MPP): «Solo el pueblo haitiano puede decidir su futuro, pero es esencial contar con la solidaridad de los movimientos sociales internacionales y sus verdaderos amigos.»

 

Desde la comite de coordinacion de la Universidad Itinerante de Resistencia en Haití:

– Kettly Alexandre, Mouvimiento de las Mujeres de Papay, Haiti

– Beverly Bell, Instituto de Estudios Políticos (para identificacion solamente), Mexico

– Nixon Boumba, Movimiento Popular Democrático, Haiti

– Milosten Castin, Acción para la Reforestación y Defensa Ambiental, Haiti

– Gustavo Castro, Otros Mundos Chiapas, Mexico

– Deborah Etienne, US/Haiti

– Juan Houghton, Corporación Ensayos para la promoción de la cultura política, Colombia

 

Fuente : Inivèsite Itineran Rezistans an Ayiti 

Fuente foto : onfr.tfo.org