De paso por Montreal en el marco de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Biodiversidad, COP15, representantes de naciones indígenas brasileñas y ambientalistas pidieron apoyo para que antes de implantarse, el proyecto de la empresa Belo Sun obtenga revisión y aval de los pueblos afectados.
Paloma Martínez Méndez
Publicado: 13 de diciembre de 2022
La mina de oro Volta Grande es un proyecto de la empresa Belo Sun Mineração, filial de la canadiense Belo Sun Mining Corp., cuyas acciones cotizan en la Bolsa de Toronto.
Localizado en el estado de Pará, el proyecto supone una inversión total de 1.220 millones de reales (312.821 millones de dólares canadienses) y según la compañía, representa una oportunidad de diversificación económica para la región.
Para organismos medioambientales y naciones indígenas de la región, esta iniciativa es una mala idea, con consecuencias desastrosas para la región y para el mundo.
En conversación con RCI, Dinamam Tuxá, coordinador ejecutivo de la Articulação dos Povos Indígenas do Brasil, (Asociación de Pueblos Indígenas de Brasil, APIB) explicó que debido a la construcción de una represa hidroeléctrica, la región de Volta Grande del río Xingu, en plena Amazonía brasileña, ha sufrido un gran impacto medioambiental en los últimos años.
Según expertos, la represa hidroeléctrica de Belo Monte, a 10 km del sitio donde se propone instalar la minera canadiense, «ha destruido comunidades y modos de vida tradicionales, y ha dañado el ecosistema acuático del Xingu, que incluye especies únicas de peces y tortugas.
Dinamam Tuxá dice que hay mucha preocupación porque la mina canadiense será otro proyecto en un río muy importante para los brasileños.
Estamos preocupados por la gente y por el impacto que tendrá en las comunidades locales, especialmente en las comunidades ribereñas e indígenas. Ya sufren el impacto de Belo Monte y de la minería ilegal y ahora esta que será la mayor mina a cielo abierto del mundo.Una cita de Dinamam Tuxá, coordinador ejecutivo de la Articulação dos Povos Indígenas do Brasil
Para los organismos medioambientales la principal preocupación es el uso de sustancias tóxicas para el procesamiento del oro en plena selva amazónica.
Durante el evento, representantes de Amazon Watch compartieron los resultados de un informe extenso (nueva ventana) de los impactos legales, sociales, medioambientales del proyecto minero.
También estuvo presente la filial canadiense de Mining Watch, representada entre otras por Viviana Herrera.
Originaria de Colombia, Viviana Herrera ha vivido en Canadá los últimos 20 años, primero en Vancouver y ahora en Montreal.
Desde que llegó al país ha estado involucrada en temas de justicia social, particularmente en lo relacionado con el extractivismo apoyando a comunidades afectadas por las grandes centrales hidroeléctricas en la Amazonía. Para esta licenciada en Relaciones Internacionales es esencial tratar de visibilizar situaciones como estas.
Hay barreras de idioma y culturales y hacen falta puentes entre el sur global y el norte global. Y a veces las informaciones no llegan a los oídos de la sociedad civil canadiense. Y eso es lo que tratamos de hacer nosotros.Una cita de Viviana Herrera, Mining Watch | Alerta Minera Canadá
Otra de las barreras que Viviana Herrera ha observado son los mitos que existen sobre la minería canadiense. Según ella, el gobierno canadiense ha comunicado una idea de este sector de la economía del país como si fuera más responsable, más ética y más respetuosa de los derechos humanos de los pueblos indígenas.
Cuando llega una minera canadiense a países como Brasil se crea ese imaginario de que no va a violar tantos derechos como otras. Pero las comunidades con las que colaboramos nos dicen que no existe la minería responsable. La minería contamina y viola derechos sin importar si es canadiense, australiana o china.
Dinamam Tuxá dice que otra de las grandes preocupaciones de la asociación indígena que él representa es que se estaría presionando al Congreso Brasileño para que autorice el proyecto minero de Belo Sun en territorio indígena.
Por lo tanto, hace un llamado a los ciudadanos canadienses para que se informen y exijan que las compañías de su país rindan cuentas y sean responsables, donde quiera que se instalen.
Deben exigir garantías del gobierno canadiense para que estas empresas no se instalen en zonas de gran biodiversidad, o en zonas indígena donde causarán gran impacto no solo para los indígenas, sino a nivel global también.Una cita de Dinamam Tuxá , coordinador ejecutivo de la Articulação dos Povos Indígenas do Brasil
Según este activista, en lo que respecta a la minería, los gobiernos brasileño y canadiense, «pero principalmente el canadiense», tienen que crear un mecanismo para rastrear la punibilidad de las empresas.
Así, se podrán exigir que tengan una actitud social y ambiental que no fomente esta cadena de destrucción, ya que los impactos los estamos sintiendo en casa, en las aldeas. Pero esto será global a medio y largo plazo, concluye Dinamam Tuxá.
La compañía Belo Sun afirma en su documento de presentación del proyecto que «las comunidades indígenas», sin indicar cuáles, concluyeron y aprobaron el estudio del proyecto en noviembre de 2021. Lo mismo indica con respecto a la FUNAI (Fundação Nacional do Índio). Ésta última es un órgano del gobierno brasileño.