La propagación de la Covid-19 en Chile ha llevado a las autoridades a decretar un confinamiento total en la capital de Santiago, confrontando lxs habitantes de los barrios más pobres a la inmovilidad, el hambre y la rabia.
En las calles de Santiago, la palabra «hambre» se ilumina por la noche en uno de los edificios más altos de la capital chilena. Según el diario La Tercera, esta proyección pirata no sólo fue un happening de arte contemporáneo, sino también un acto político ligado a la situación que atraviesa Chile.
El lunes 18 de mayo, el país vio resurgir la protesta social que lo inflamó durante meses desde octubre, antes de ser callada por la pandemia del Covid19. Las cosas se han acelerado en los últimos días: en El País, nos enteramos de que 4 ministros del gobierno de Sebastián Piñera y 135 colaboradores del Senado fueron puestos en cuarentena debido a un brote de contaminación dentro del poder político. Además, viernes, en la región de Santiago de Chile se instauró el confinamiento total, con el fin de frenar la aceleración de la epidemia.
Sea como sea, El Mostrador señala que el real motivo que reavivó la ira popular es una otra epidemia, una «epidemia de pobreza y hambre”. Las primeras barricadas se levantaron el lunes por la mañana en el barrio el Bosque, donde lxs habitantes querían expresar que no podían quedarse en casa sin trabajo, sin ingresos y sin nada que comer, que el gobierno no hacía nada para ayudarlxs.. o al menos que los 2,5 millones de raciones de alimentos prometidos por el Estado nunca llegaron.
Por lo tanto, se levantaron barricadas y se incendiaron, se lanzaron piedras a los policías, que rápidamente contestaron de manera contundente, con cañones de agua y gas lacrimógeno, para dispersar estas revueltas contra el hambre.
Entonces, como era de esperar, las imágenes de esta represión despertaron la ira en otros barrios pobres de la capital. Al final del día, incluso el centro de la capital (donde, hay que recordar que todxs lxs habitantes están confinadxs en sus casas) empezó a vibrar al son de un impresionante concierto de ollas y sartenes. Fue entonces que apareció en la fachada del rascacielo, la palabra iluminada inscribiendo «Hambre».
La desocupación, la desesperación y el hambre ya existían en los barrios pobres de Santiago, pero este confinamiento exacerbó esas problemáticas hasta convertir sus vidas de manera inaguantables, «una bomba de tiempo» que el miedo al virus por sí solo ya no puede contener.
Fuente y Foto: www.franceculture.fr