Canadá anunció que irá adelante con la expansión del oleoducto Trans Mountain, en el oeste del país. Pueblos indígenas y grupos ambientalistas denuncian que el proyecto no es compatible con el discurso de reconciliación con los pueblos originarios y de urgencia climática del gobierno.
En menos de 24 horas, el primer ministro canadiense ha hecho anuncios contradictorios. Primero Justin Trudeau declaró la urgencia climática como prioridad absoluta de su gobierno. Al día siguiente, comunicó la expansión del oleoducto Trans Mountain en el oeste del país. Según él, eso permitirá que Canadá acceda al mercado asiático y deje de depender de los Estados Unidos para exportar petróleo.
Para el primer ministro, no hay contradicción, pues afirma que la venta de petróleo del oleoducto financiará la transición ecológica del país.
La incoherencia del gobierno queda evidente cuando éste habla de compromisos con el medioambiente y de reconciliación con los pueblos indîgenas.
Beverly Manuel, de la nación Secwepemc, en el oeste del llamado Canadâ, ve la continuación de la historia de colonizaciôn y represión de los pueblos indígenas.
«Yo sé que el oleoducto fue aprobado por el gobierno federal y ellos están haciendo lo mismo que antes, cuando, de manera arbitraria, crearon los resguardos indígenas, y pasaron muchas leyes, como entre los años veinte y cincuenta, cuando nos prohibieron muchas cosas, como hacer reuniones, y fue cuando instalaron el primer oleoducto.»
La resistencia indígena al proyecto empezó en los años 50, desde la implantación de la primera tubería. En 2018, grupos de guerreros y guerreras volvieron a organizarse para impedir su expansión. Han hecho bloqueos y construido pequeñas casas en los sitios de instalación de trabajadores de la obra. Intentan también involucrar a ambientalistas y otros grupos ciudadanos en su lucha en defensa de sus modos de vida y de la naturaleza.
“Llegamos a un lugar donde estaban cortando cedros para construir el segundo oleoducto. Estaban talando los árboles. Ellos son muy irrespetuosos con el agua, con la tierra. Y necesitamos proteger nuestra tierra para los animales, los pájaros, el agua y para todas las generaciones futuras.”
En 2016, la Corte Suprema de Canadá ordenó que los pueblos indígenas fueran consultados sobre la expansión del oleoducto. Según líderes ancestrales, la consulta no fue válida. Afirman jamás haber consentido el proyecto y prometen resistir.
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Foto: Tiny House Warriors