El Grupo de Expertos Independientes (GIEI) que lleva año y medio investigando lo ocurrido en el caso Iguala se despide, el Gobierno mexicano no le ha renovado el mandato, con un demoledor informe que desmonta la investigación realizada por la Fiscalía (PGR), denuncia entrega de pruebas falsas por parte de las autoridades, obstrucción a su trabajo y señala una contubernio de todos los cuerpos de seguridad en un suceso que ellos siguen creyendo que pudo detonarse por el tráfico de heroína establecido entre el Estado de Guerrero y la ciudad de Chicago.
«Se trató de un ataque masivo a la población civil», simplificó Ángela Buitrago, una de las cinco investigadoras. «Los hechos sucedieron en un espacio y lapso de tiempo mayor al hasta ahora señalado», aseguró el GIEI. Los expertos mantienen también que los 43 estudiantes desaparecidos «no fueron quemados en el basurero de Cocula» y según explicó también el español Carlos Beristain, «hay indicios de malos tratos y torturas a los detenidos».
Pero la gran novedad de este último informe fue la muestra por parte de GIEI de unas imágenes hasta ahora inéditas tomadas por periodistas el día 28 de septiembre en el Río San Juan. Fue allí donde aparecieron, oficialmente según el expediente de la PGR el día 29, los hasta ahora únicos controvertidos restos que la Universidad de Innsbruck ha dicho que pertenecen a uno de los 43 desaparecidos. Esos restos se encontraron casualmente, según la PGR, sin que en ese instante hubiera ningún miembro del grupo independiente de forenses argentinos que colaboraba en la búsqueda.
Imágenes inéditas
«El día 28, según las imágenes, hay presencia de funcionarios y un inculpado en el Río San Juan. Se puede ver dos bolsas, blanca y negra, y recogida de muestras óseas», explicó el español Carlos Beristaín, uno de los cinco expertos del GIEI. Las imágenes, que se emitieron de forma pública en la rueda de prensa, muestran como el 28 se hicieron trabajos en el caudal por parte de responsables ministeriales; se ve un hueso que recoge una persona y que el informe oficial señala que apareció un día después; se observan a los investigadores de la Fiscalía junto a las dos bolsas que al día siguiente aparecen en otro lado y en las que aparentemente se encontraban los retos humanos; y hasta se ve como se cerró el camino con un vehículo que lleva al río por parte de las autoridades. «Llegaron en ese instante miembros del equipo forense argentino a las inmediaciones y no se les informó de lo que se había encontrado en el río, incluso se ven imágenes en las que los argentinos parece que discuten con un miembro de la PGR. Nos han explicado los forenses que les recriminaron que fueran allí tan pronto y dejaran de investigar en el basurero», explicó Beristain.
No fue en todo caso ese el único varapalo a la versión oficial por parte del GIEI. «La PGR asegura que todos los teléfonos de los estudiantes fueron quemados en el basurero cuando se mató a los estudiantes, pero tenemos registros de activación y localización de celulares en Iguala horas y días después de lo sucedido», explicó la investigadora Claudia Paz.
«Los registros telefónicos muestran como en horas críticas siete policías municipales de Iguala se comunicaban con un miembro de Guerreros Unidos llamado el ‘Caminante’ y que parecía dirigir la operación y del que no hay ninguna referencia en el informe», especificó Paz. Según los expertos, los diversos ataques y retenes se realizaron en un espacio de 80 kilómetros cuadrados alrededor de Iguala y en el habrían intervenido miembros de la Policía Federal, Estatal, Municipal y, también, habría contado con el conocimiento al segundo del Ejército. Es decir, no habría sido un ataque entre miembros de la Policía Municipal de Iguala, Cocula y sicarios del grupo narco Guerreros Unidos, sino que también participaron directa o indirectamente otras corporaciones de todo el estado.
Al finalizar el detallado y demoledor informe que deja al Gobierno mexicano muy mal parado, los integrantes del GIEI recibieron una sonora ovación de los familiares que comenzaron a corear «no se vayan, no nos dejen». El Gobierno mexicano, por el contrario, les ha ya anunciado que se acaba su mandato.