Durante estos últimos días, los Estados guatemalteco y mexicano llevaron a cabo un amplio despliegue de fuerzas de seguridad, -incluyendo fuerzas especiales y militares- con el objetivo de interceptar, detener el avance y disolver la caravana de migrantes que inició su andadura el pasado miércoles 30 de septiembre en San Pedro Sula, Honduras, con cerca de 4 mil personas cuyo destino eran los Estados Unidos.
Hay precedentes de represión violenta contra anteriores caravanas, especialmente en la frontera entre Guatemala y México, incluyendo la criminalización de periodistas y personas defensoras de derechos que las acompañaban. Así, este nuevo despliegue de fuerzas de seguridad, además de suponer una flagrante violación al derecho al libre tránsito de las personas reconocido por la ONU; constituye un riesgo para la seguridad de todas las personas que integran la caravana, incluyendo periodistas y defensoras de derechos humanos.
Durante los últimos años, las caravanas de migrantes son la alternativa a la que se acogen miles de personas y familias de Centroamérica con el objetivo de buscar mejores condiciones de vida en otros países, en la mayoría de casos huyendo de los contextos de violencia criminal, institucional, social y económica que viven cotidianamente en sus lugares de origen, y que en el marco de la actual pandemia se agravó de manera alarmante. En este sentido es importante retomar el llamado que han hecho instancias internacionales a garantizar principios fundamentales de las normas internacionales de derechos humanos, principalmente el principio de non-refoulement (no devolución) del derecho humanitario y del derecho de los refugiados, que prohíbe la devolución de cualquier persona, a una situación en la que tendrían que enfrentarse a un riesgo real y previsible.
Ahora, estos hechos se dan en un marco de creciente xenofobia, alimentada por el miedo a la pandemia, la desinformación y el preocupante avance de ideologías fascistas y racistas en toda la región.
Por todo ello, desde la IM-Defensoras hacemos un llamado a los Estados, de manera especial el guatemalteco y el mexicano, a ordenar el repliegue inmediato de las fuerzas de seguridad y a respetar el derecho al libre tránsito de todas las personas que integran la caravana, responsabilizándoles de la seguridad y la integridad de todas ellas; brindándoles los recursos humanitarios en materia de alimentación, salud y alojamiento que pudieran ser necesarios para garantizarles un tránsito seguro.
Asimismo, en sintonía con la demanda de la CIDH a los Estado de la OEA para que éstos apliquen los principios de derechos humanos en el reconocimiento y desarrollo del derecho, estándares, recursos, marcos normativos y políticas públicas respecto de todas las personas migrantes, independientemente de su situación migratoria y de las necesidades específicas de carácter internacional, hacemos el llamado a los mandatarios y otros cargos de responsabilidad de la región, a adoptar una actitud responsable y con pleno respeto a los derechos humanos en sus declaraciones, a fin de que en ningún momento alienten o justifiquen posturas xenófobas.
Llamamos también a los medios de comunicación a informar de manera responsable, en el marco del derecho internacional, evitando coberturas periodísticas con discursos estigmatizantes o que criminalizan a las personas migrantes.
Finalmente, hacemos un llamado mesoamericano a acuerpar, apoyar y solidarizarse con el camino de todas las personas de nuestra región que han abandonado sus hogares y sus lugares de origen en busca, tan sólo, de unas mejores condiciones de vida, para ellas y sus familias, con base a un derecho humano universal e inalienable.
Fuente : Iniciativa mesoamericana de mujeres defensoras de derechos humanos
Foto : La Jornada