Dolores Hidalgo CIN, 20 septiembre 2021
El gobierno del estado de Guanajuato, a través de su Secretaría de Educación, se ha sumado a la empresa canadiense Argonaut Gold, en su persistente intento de engaño a las comunidades cercanas al proyecto minero Cerro del Gallo, en Dolores Hidalgo.
El pasado 16 de septiembre se dio a conocer en algunos medios de comunicación que Monserrat Bataller Sala, delegada regional de la Secretaría de Educación de Guanajuato y Lourdes Macpherson, gerente de asuntos corporativos y comunicación de Argonaut Gold México, realizaron un evento conjunto para la entrega de mochilas y útiles escolares a las y los alumnos de la telesecundaria 892 de la comunidad de San Antón de las Minas.
Previamente, 13 de julio, el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, se reunió con directivos de la minera Argonaut Gold para darle la bienvenida a sus proyectos en el Estado de Guanajuato, ello pese a que su proyecto aún no cuenta con los permisos necesarios para operar.
La “cara amable” del despojo
Entre las estrategias que utilizan las empresas mineras para acercarse a las comunidades, está la utilización de programas con cara social, como el que promueve “Argonaut Gold Becarios” quien, aprovechando la incapacidad del Estado para garantizar el derecho a la educación, ofrece “progreso, desarrollo y mejores oportunidades” a las y los pobladores, aunque en realidad sólo una pequeña parte lograría integrarse a la actividad económica como mano de obra barata, mientras el resto observa la destrucción de su vida comunitaria.
No extraña que, tanto la empresa como el gobierno, usen los ya conocidos estándares no vinculantes de “responsabilidad social corporativa” para hacer creer a la población que la minería es una actividad preponderante, cuando en realidad es todo lo contrario porque, de todas las actividades extractivas que están acabando con el planeta, sin duda, la minería es la que mayores daños genera. Es común que usen este marco de estándares construidos por ellas mismas para disfrazar y esconder el despojo y desplazamiento que ocasionará el extractivismo de “cara amable”.
Las empresas mineras son expertas en lucrar con las necesidades que gobiernos como el de Guanajuato generan a partir de su incapacidad para plantear alternativas ambiental y culturalmente apropiadas, no sólo para las familias más vulnerables, sino para la población en general. Las empresas mineras, como Argonaut Gold, pretenden encubrir el peligro que implica la minería “de tajo a cielo abierto” e intentan incidir en la percepción de las madres de familia de las comunidades, quienes por lo regular se hacen cargo de la educación y cuidado de la niñez. Es lamentable que el gobierno de Guanajuato, quien debería ser garante de todos los derechos humanos, apoye este sistema que se sustenta en la acumulación por desposesión, respondiendo así a las exigencias del modelo patriarcal, capitalista y colonial tan acentuado en esta región del país.
No tenemos la menor duda, de llegar a operar el proyecto minero Cerro del Gallo, se generará una catástrofe socioambiental irreversible y sin precedentes en la región, tal cual la hemos visto, vivido y documentado en muchas partes de México y de Latinoamérica. Basta de políticos/as y representantes que sólo ven en las inversiones una salida a sus incapacidades como gobernantes.
El proyecto minero de Argonaut Gold, se ubica en el Cerro del Gallo, en Dolores Hidalgo, dentro la Cuenca de la Independencia, un territorio en el que el agua escasea, la sobreexplotación de su acuífero subterráneo es alarmante y el equilibrio hidrológico fue roto hace décadas y, a pesar de ello hay inmensas concesiones de agua acaparadas por grandes empresas del sector agro-exportador, así como del industrial. No es casual que el severo estrés hídrico de la Cuenca nos esté llevando a extraer agua a cerca de 600 metros de profundidad, lo que implica consumir agua de forma directa e indirecta a través de alimentos, enriquecida con varios metales y metaloides entre ellos el fluoruro y el arsénicorespectivamente, ambos altamente dañinos para la salud humana.
Si la mina del Cerro del Gallo empezara a operar, los daños para los habitantes se multiplicarían de manera exponencial, tal como sucede en todas las comunidades en donde existe una mina. A los daños por la contaminación se suma la desaparición de fuentes de agua por agotamiento y acaparamiento por la actividad minera, ocasionando una insuficiencia de agua para el consumo humano en las comunidades.
La apertura de una mina implica una violación absoluta de todos los derechos humanos tal cual como los conocemos, empieza con el despojo y concluye con el desplazamiento forzado/involuntario de las y los habitantes ante la imposibilidad de mantener o construir una vida digna.
Ante esta amenaza, las y los habitantes de las comunidades directamente afectadas, tales como Santa Bárbara, Cerrito de Guadalupe, La Colmena, El Durazno, Palacio de Abajo, Potrero de Guadalupe, San José de la Campana, San José de la Palma, El Llanito, La Ventilla, San Isidro El Sisote y San Marcos, han manifestado en repetidas ocasiones su rechazo tajante a la apertura de la mina Cerro del Gallo, logrando incluso que las y los candidatos a la presidencia de Dolores Hidalgo firmaran, durante la pasada campaña electoral, compromisos de no otorgar permisos de uso de suelo ni de construcción para ningún tipo de mega proyectos extractivos, incluyendo al presidente electo, Adrián Hernández Alejandri.
No a la mina Cerro del Gallo en la Cuna de la Independencia
¡Fuera Argonaut Gold de nuestros territorios!
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Acción Colectiva @acolectivamx León, Guanajuato
FUENTE: Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA)