La Caravana Solidaria es una gira de sensibilización que se realiza en Québec. En ella participa una delegación de mujeres latinoaméricanas provenientes de diferentes grupos de base y de comunidades que se han visto afectadas por el desarrollo de megaproyectos, muchos de los cuales generan violaciones a sus derechos humanos. La Caravana busca generar sensibilidad acerca de los asuntos relativos a las violaciones de los derechos humanos y a la explotación de los recursos naturales en un contexto de globalización socioeconómica, caracterizado por una gran desigualdad entre las distintas regiones del planeta. La Caravana permite reforzar el trabajo entre los grupos de Québec y los grupos de sociedad civil del resto del continente.
La Caravana Solidaria visita una decena de ciudades en Québec, organiza varios eventos públicos, moviliza varias decenas de colaboradores voluntarios, organiza encuentros con la prensa y los medios de comunicación, principalmente la radio. En esta campaña participan alrededor de 2000 personas.
La razón por la que invitamos mujeres es doble. Ante todo, porque las mujeres son al mismo tiempo las creadoras y las protectoras de la vida (ellas son quienes están más cerca de los niños, de los ancianos y de las personas enfermas). Son ellas quienes primero toman conciencia acerca de la aparición de enfermedades asociadas a la contaminación del medio ambiente, en este caso ocasionada por la explotación de los recursos naturales (represas hidroelécticas, explotación de minas o de petroleo, etc.). En muchos casos, son los hombres quienes aceptan más fácilmente los proyectos de desarrollo, creyendo encontrar en ellos la panacea para resolver sus problemas económicos. Las mujeres por su parte, poseen una visión de largo plazo y son más críticas de los proyectos que comprometen el bienestar de las generaciones venideras. Así, son ellas las primeras en manifestar su oposición a los proyectos destructivos. Por estas razones es importante escuchar sus voces.
La segunda razón por la que el CDHAL invita exclusivamente mujeres, es que ellas no están suficientemente representadas al interior de las organizaciones de base latinoaméricanas. En efecto, cuando ellas aparecen en estas organizaciones es sólo para ocupar el cargo de representantes de las mujeres y muy rara vez ellas acceden a los puestos de autoridad o de toma de decisiones. Al presionar a los grupos de base latinoaméricanos para que deleguen a una mujer, queremos facilitar la inclusión femenina en los espacios de poder. De esta manera, estos grupos han de formar y capacitar a las mujeres, quienes llegaran a ser líderes en sus comunidades.