Tras el paso del huracán Eta en América Central, varios expertos señalan la mala gestión de los riesgos asociados a las catástrofes naturales y la falta de instrumentos de prevención adecuados. Aunque Nicaragua y Honduras fueron los países en el centro de la trayectoria de Eta, también se vieron afectadas algunas provincias de Panamá, incluida la región de las tierras altas de Chiriquí.
Según Jonathan González Quiel, geógrafo y experto en manejo de cuencas hidrográficas, las inundaciones recientes en Chiriquí demuestran la falta de apoyo institucional y la necesidad de desarrollar un sistema de alerta.
A inicios de noviembre, se recibió el anuncio de los eventos climáticos en toda Centroamérica, pero en el caso particular de Panamá, el gobierno no se preocupó porque el huracán entraría por Nicaragua con dirección a Honduras y luego al Caribe. Desde el primero de noviembre se registraron lluvias en el oeste de Panamá, pero hasta el 4 de noviembre es que se van a registrar 195 milímetros de lluvias; provocando un incremento de caudal de los ríos.
Solo en la zona de Chiriquí, hay 38 centrales hidroeléctricas, donde podemos observar el caso de la cuenca hidrográfica del río Chiriquí Viejo, que sobre su caudal principal se han construido 8 hidroeléctricas. Todas ellas abrieron compuertas el 4 de noviembre, provocando que comunidades de aguas abajo recibieran un cuerpo de agua que inundó sus territorios en tiempo record.
Lo mismo ocurrió en las otras cuencas y otras comunidades se vieron afectadas. Con este evento extremo, gran parte del territorio nacional se vió afectado por deslave o deslizamiento y también por inundación. En las Tierras Altas se registraron un total de 17 de personas fallecidas y aún tenemos 24 desaparecidxs.
A nivel general, las comunidades y la opinión pública culpa a las hidroeléctricas de las inundaciones aguas abajo y otros quieren reclamar que el gobierno se haga responsable de las negligencias por no tomar en serio los eventos ambientales extremos y por no ser rigurosos con esas empresas privadas de generación energética.
En Honduras y Guatemala se reportan situaciones parecidas con hidroeléctricas que abrieron sus compuertas para salvar las obras civiles donde pusieron en riesgo a miles de habitantes aguas abajo.
Actualmente en toda Centroamérica, ha quedado al desnudo la incapacidad de gestión de riesgo ante desastres naturales y el nivel de complicidad con estas inversiones hidroenergéticas que son una trampa de muerte.
Para obtener más información, puede ver los vídeos que figuran a continuación:
https://www.youtube.com/watch?v=4hunebPwaLM&t=2547s
https://www.youtube.com/watch?v=CesOezPaDNE&t=14s
https://www.youtube.com/watch?v=tYL3aKj4XW8&t=11s
Fuente : Jonathan González Quiel
Foto © Alexander Arosemena