Condenamos asesinato de lideresa asháninka Estela Casanto Mauricio
Expresamos nuestra indignación por el asesinato acaecido este sábado 13 de marzo de 2021 en contra de la lideresa asháninka Estela Casanto Mauricio, en la región de Junín, en Perú, una tragédia que se suma a los asesinatos de defensores ambientales perpetrados de manera recurrente a lo largo y ancho del continente latinoamericano, en territorios cruciales para la vida en el planeta como la Amazonía, los bosques tropicales y andinos, los macizos montañosos, aquellos donde la vida florece a partir de pastizales, humedales, páramos, manglares. Territorios de fuertes disputas por intereses de grandes capitales en el negocio de la extracción de “recursos naturales” y de acaparamiento de tierras y de fuentes de agua.
Con la muerte de Estela Casanto Mauricio se suman tres asesinatos a defensores ambientales de la Amazonía peruana, a los que se suman el asesinato de ocho defensores ambientales en el año 2020, uno de ellos un guardaparque. Todos en defensa del territorio de sus comunidades en contra de actividades mineras, talas ilegales, acaparamiento de tierras o del narcotráfico. A pesar de que muchos de ellos eran objeto de amenazas de muerte y reclamaron atención, el estado no respondió a sus llamados. Los asesinos se aprovechan de que el país se encuentra en estado de emergencia para cometer sus crímenes.
El gobierno peruano simplemente no reacciona y demuestra que se sigue colocando del lado de los intereses particulares de las empresas extractivas. Preocupa fuertemente que en la campaña electoral, muchos partidos políticos hayan manifestado reforzar los intereses extractivistas y demoler las pocas leyes y organismos que aún defienden a las poblaciones o fiscalizan los daños ambientales.
Exigimos no solo al gobierno peruano investigación y punición de este crimen, sino también responder a las demandas de protección por parte de defensores ambientales, garantizar la vida de todas las personas sin distinción de origen y proteger a los pueblos indígenas, lo que se extiende a todos los gobiernos de la región. Pedimos así mismo a toda la ciudadanía peruana que se pronuncie en rechazo de las muertes de nuestras hermanas y hermanos indígenas, campesinos, afrodescendientes, inclusive en aquellos defensorxs ambientales urbanos.
Las amenazas y asesinatos de defensorxs ambientales en América Latina, con agravantes acentuados en los últimos años en Colombia, Brasil, México, Honduras y Venezuela, además de Perú, constituyen un problema que afecta a toda la humanidad, una dimensión de agresión a derechos humanos colectivos fundamentales persistente, que necesitan pronta investigación y sanción a los responsables no solamente materiales sino intelectuales, así como de una amplia solidaridad internacional. En tiempos de pandemia se ha exacerbado la impunidad frente a este tipo de crímenes, no permitiremos que esta situación se prolongue.
En solidaridad por el derecho a la vida, al agua y al territorio.
Fuente foto: Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (ONAMIAP)