La metodología, denominada InformAcción, posibilita mirar el conflicto más allá de la dinámica local, entender quién es la empresa, quiénes la conforman, cuáles son sus alianzas, cuál es su historial, etc; a la vez que remirar el territorio, sus abundancias y sus carencias para desde ellas hacerse nuevas preguntas que afinen o orienten nuestras estrategias y fortalecen procesos de aprendizajes que complementen los esfuerzos que ya se vienen realizando.
Con presencia de organizaciones y comunidades de 13 países de América Latina, se realizó el taller “Ponerle rostro a las empresas mineras en la defensa de la vida”, convocado por el Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina (OCMAL), el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA) y las organizaciones canadienses MiningWatch-Canadá y Above Ground.
Los días 17 y 18 de Octubre se desarrolló en la ciudad de Bogotá en Colombia un espacio formativo al que asistieron representantes de Mesoamérica y sudamérica, entendiendo que la mejor escuela para fortalecer los procesos de resistencia contra la megaminería química, es la experiencia y el intercambio con otros territorios.
Es en esa línea que hace más de tres años se ha venido trabajando para adaptar y sistematizar una herramienta que permita comprender el escenario en que se despliegan los conflictos socioambientales, identificar con claridad los actores que intervienen en él, sus fortalezas y debilidades, y accediendo a información de primera fuente, desmitificar los discursos que se levantan sobre una de las actividades más contaminantes y depredadoras del planeta.
La metodología, denominada InformAcción, posibilita mirar el conflicto más allá de la dinámica local, entender quién es la empresa, quiénes la conforman, cuáles son sus alianzas, cuál es su historial, etc; a la vez que remirar el territorio, sus abundancias y sus carencias para desde ellas hacerse nuevas preguntas que afinen o orienten nuestras estrategias y fortalecen procesos de aprendizajes que complementen los esfuerzos que ya se vienen realizando.
La herramienta compartida fue valorada como un insumo necesario para optimizar la capacidad estratégica de los territorios, acceder a información relevante que permita tomar mejores y más oportunas decisiones, comprender los factores externos que modifican el escenario y que no siempre es tomado en cuenta, y propiciar un trabajo en red más dinámico, desfocalizado e integral. El trabajo compartido supone tener operativo un sitio web a mediados de 2017, seguir aplicando la metodología entre algunos de los casos asistentes al taller para profundizar su proceso de validación y preparar materiales que posibiliten su apropiación y socialización en todos los territorios que la visualicen como necesaria para sus procesos de resistencia y apuesta por la vida.